Personalmente me
atrevo a decir que esa manía de nosotros por querer viajar y conocer nuevas
tierra la heredamos de nuestros ancestros colonizadores. De todos aquellos que
motivados por encontrar algo nuevo, algo diferente se lanzaron a la aventura.
Como colón que se lanzó a los mares en búsqueda de nuevas rutas de comercio y
se topó con la hoy bautizada América o Humboldt que con sus viajes a Venezuela
y otras zonas de Latinoamérica aportó mucho a las ciencias naturales que hoy
todos conocemos. Para mí de allí parte todo, heredamos esa necesidad de conocer
y explorar.
Fíjese que en aquellos
tiempos el viajar no era nada lujoso, requería mas bien de una fortaleza
particular, eran muchos días de viaje, en transportes poco cómodos y con
alojamientos mucho peores. Supongo que el fin justifica el medio, o por lo
menos en aquellos tiempos lo justificaba. Hoy todo lo relacionado con los
viajes ha cambiado.
Hablemos del
hospedaje, hoy en día si no estamos cómodos es porque realmente no queremos. Pongamos,
por ejemplo, peñiscola, los hoteles en peñiscola son todo un lujo, uno no se podría imaginar que un sitio tan
histórico contase con tan avanzada red de hoteles. Es como estar en cualquier
otro sitio, internet, piscinas climatizadas. Para nada se han quedado en el
pasado. ese panorama se repite en todos los sitios. Uno puede estar hasta en Egipto
y tener lo mejor de la tecnología a la mano, entonces los viajes pasaron de ser
algo tortuoso a ser una verdadera experiencia de confort al nivel de los gustos
más exigentes.